jueves, septiembre 22, 2022

La abuela Luz tenía Alzheimer

Cuando murió el abuelo, Luz perdió su identidad. Los síntomas eran cada vez más notorios y daban cuenta de una caída inevitable. La atención psicológica, las medicinas, la religión, fueron estériles. No me dí cuenta del momento en que dejó de jugar a las cartas con las vecinas, pero recuerdo que ya no podía comprar cosas y tuvimos que amenazar a un vendedor ambulante que siempre trataba de aprovecharse de ella. En realidad, no recuerdo si era Alzheimer o demencia senil. Creo que era lo segundo. Da lo mismo, porque de todos modos había que lidiar con la pérdida de realidad, con el hecho de que no sabía quiénes la rodeaban y que su mundo se convertía en un infierno cuando tocaba darle las medicinas. También tenía sus momentos de paz, como cuando la convencía de dejarse poner el suero que requería desde que se negó a comer, no porque me reconociera, sino por mi tono cómplice, que copié de alguna película. O cuando yo llegaba, me reconocía a medias, pensaba que era el nieto de ocho años y me daba a hurtadillas cinco sucres, que no servían ni para comprar un caramelo, pero ella pensaba que me iba a alcanzar para una funda. Nunca me gustaron los caramelos. Cuando murió, soñé con ella durante muchos años, pero luego pasó al olvido. Ahora «no puedo delimitar con el pensamiento el rostro amado», he dejado de pensar en ella y he dejado de pensar en muchas, muchas cosas, pero tengo destellos de lucidez. Pienso en una canción de Counting Crows que me recuerda a Doris. «Remember everything (she said) when only memory remains»". Pienso en el final de un poema que escribí pensando en alguien, pero no recuerdo quién: "poco a poco/ a poco a poco/ se me pierden tus gestos y tu voz". Pienso que en algún momento, mis neuronas harán la de Bartebly, se pondrán chúcaras y poco a poco se empecinarán con el "Preferiría no recordarlo". Me adentraré en la niebla sin darme cuenta, luego en el olvido, hasta que dejen de soñarme y no quede nada, nada, nada

No hay comentarios: