Ya no existen espacios, estrategias ni direccionamiento para enfrentar esa estrategia mentirosa. A duras penas, se ha logrado evitar que avancen globos de ensayo como la precarización laboral y la complicidad del Gobierno con los banqueros para que puedan comprar deudas de migrantes ecuatorianos en España. En sus resoluciones y manifiestos, PAIS ha tenido una actitud tibia o poco contundente que ha permitido a Lenin llegar a afirmar que hay un respaldo oficial a sus intenciones de destruir el pasado, a tal punto, que el Movimiento fue ignorado cuando pidió la salida de oportunistas sin ideología como Iván Espinel o que cesen los ataques de Lenin Moreno contra Rafael Correa, contra Jorge Glas y contra el proceso. Unos pocos asambleístas y dirigentes de PAIS como Gabriela Rivadeneira o Marcela Aguiñaga han tenido reacciones aisladas que son invisibilizadas por la maquinaria de posverdad de Lenin Moreno y de los poderes fácticos. Por ahora, es el ex presidente Rafael Correa quien más visibilización ha tenido a la hora de desmontar la estrategia de posverdad del presidente Lenin Moreno, pero casi siempre, su versión ha sido
Si Lenin ganó las elecciones con PAIS, lo ético sería realizar una consulta que permita otorgar más derechos a los ciudadanos y que impida más repartos. Una consulta acorde a lo que se ha debatido en estos diez años y que permita acelerar la Revolución. Lenin Moreno debería coordinar con el Movimiento político que ganó las elecciones y lo puso donde está para definir las preguntas de la consulta con los ganadores de las elecciones.
Pero para eso, Lenin tendría que tener algo de ética y ser leal al proceso o al menos, PAÍS tendría que tener una actitud más radical para enfrentar actitudes traidoras. Los días pasan y seguramente las encuestas reflejarán la falta de debate y de ejercicios de memoria que permitan a la gente entender que Lenin y su consulta podrían ser un peligro para los ecuatorianos.
Si la oposición perdió las elecciones, es absurdo que pretenda implementar su plan de Gobierno perdedor. Si la oposición que perdió las elecciones quiere una consulta para implementar su plan de Gobierno perdedor, retroceder en derechos y repartirse las autoridades de control como lo hacían antes, entonces debería recolectar firmas y pedir su consulta, pero ya han fracasado en varias ocasiones en sus intentos por recolectar firmas contra la Revolución Ciudadana y es por eso que muchas veces se opusieron a las consultas populares planteadas por la Revolución Ciudadana. Pero, como dije al principio, Lenin Moreno es su comodín.