hay que empezar recordando que la expolibro es más negocio que asunto cultural. Cobran 10 mil dólares para tener un stand que permita mostrar cultura. La feria está privatizada debido a que el espacio público donde se realiza está privatizado.
El dueño de la feria tiene que pagar, y mucho, por realizar el evento, y ni modo que ponga de su billete para que el espacio se mantenga. Y ahí está la debilidad: en un país donde se lee poco, y lo que se lee no es precisamente lo que producen los autores nacionales, es poco lo que pueden hacer las editoriales o librerías para mantenerse. No hay el espacio. Es decir, sí hay, pero es caro. La prioridad es que la gente de la fundación tenga ingresos, y eso, según esa visión capitalista que nos vendieron sobre todo en los ochenta, es lo que importa...
y que la cultura se vaya al carajo o sobreviva como pueda, si es que puede.
Es irónico ver a un alcalde cortando la cinta de inauguración del evento. Puro figureteo mediático. Es irónico que para promocionarse, hagan que el personal que labora en la feria tenga camisetas del municipio. Como si conseguir un descuento en el alquiler del mal llamado palacio de cristal (en realidad es un ex mercado de vidrio), fuera lo único que se puede hacer.
Si hubiera un verdadero interés por la cultura, habrían autorizado ese espacio, o cualquier otro, para su uso gratuito, o mejor aún, habrían organizado ellos el evento. De esa manera, los costos habrían bajado, y una editorial pequeña sólo habría tenido que preocuparse por el stand, el personal, y la seguridad. Habrían podido seguir participando, y aunque no hayan tenido tantas visitas como el stand de ecuavisa, o el puesto de chicharrón de soja, al menos habrían podido mostrar la producción literaria nacional e internacional, todo eso en medio de la casi fanesca que poco a poco se ha ido tomando la feria, y que si sigue así, el próximo año tendrá stands de lencería, o venta de pulseritas artesanales.
Otra cosa que resulta irónica es que, para variar, ahora pretendan culpar al Gobierno por el declive del evento. El Ministerio de Cultura participó el año pasado, y su stand fue un éxito. Principalmente porque regalaron libros y se logró presentarlos, con una buena cobertura mediática, recitales, etc. Este año tomaron la decisión de hacer una feria del libro, y resulta que para los llorones de siempre, es lo peor que se le pudo hacer a la cultura. Ahora resulta que en este negocio (rentable o no) llamado expolibro, el ministerio debía pagar 10, 20, 30 mil dólares para salvar, del ahogado, el sombrero. Como si en este negocio (rentable o no), y con las reglas del libre mercado, no pudiera ejercer su derecho a no participar, como hicieron las librerías, editoriales y autores nacionales.
Ahora pretenden que sea el ministerio de cultura el que rescate el bajón al que llegó la feria por culpa del exitoso modelo de desarrollo socialcristiano: privatización de los espacios públicos para que sean negocio de un grupito, excluyendo a quienes no tienen los recursos para pagar por hacer cultura en un espacio que no tiene inconvenientes en poner en un mismo saco los cursos de inglés carísimos, chucherías, y cds de temas paranormales.
leonardo valencia incluso salió con el tema del centralismo, cliché que cala hondo en la perla del pacífico, y anuncia que la burocracia cultural hará que se marginen los criterios literarios de guayaquil. ¿será esa la estrategia mediática para justificarse? Valencia culpa a los organizadores por el alto costo de los stands, como si el dueño de la feria no tuviera que pagar a la fundación por el uso del espacio público. Afirma que se trata de rencillas políticas y sabotaje, pero como es su opinión, supongo que pedirle evidencias sería perder el tiempo. El mayor diario nacional no es muy exigente que digamos cuando de obtener sustentos se trata.
Valencia también critica a los que se quedan calladitos ante esta situación, como si no supiera que a la gente le da miedo opinar en contra del modelo exitoso de desarrollo socialcristiano, modelo capitalista, excluyente, al que le importa un bledo lo que no se pueda cuantificar económicamente.
dicen que es terrible la falta de incentivo estatal a las iniciativas privadas, pero ¿acaso no es el municipio el que impide el incentivo al arte al permitir que el asunto sea cuestión de presupuestos?
Seamos francos, ¿no es el guiso la razón por la que no hay editoriales importantes en la expolibro? no es por eso mismo que no ha habido tantas presentaciones de material literario y han sido pocos los escritores nacionales que se han animado a participar? Ni siquiera van todos los que anunciaban su presencia, y no es de extrañarse, considerando la falta de asistentes.
Y claro, la ausencia de la marcela holgín también ha pesado bastante.
He asistido un par de veces a esa nota, y puede que regrese hoy. No quiero ir, pero la ile sí quiere, así que hemos dejado la decisión en los tentáculos del pulpo paul.
que sea lo que sea
Actualizado: 06/07/2010
No llegó el peruano autor del libro, y se canceló el evento. No hay más comentarios
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