Un hombre regresa a su casa años después de un conflicto bélico y encuentra una foto en la que aparecen él y su hija. Después de contextualizar sobre la foto y los eventos que lo llevaron a ese punto, reflexiona sobre la memoria, los falsos recuerdos y lo efímero de los datos almacenados en medios electrónicos debido a la degradación de datos (bit rot) y a la obsolecencia del hardware.
Justificación teórica
Las nuevas tecnologías y modos de interactuar socialmente tornan innecesaria la impresión de fotografías, ya que estas se encuentran en las redes sociales o en gadgets de hogar u oficina. No existe una conciencia de la degradación natural de los datos debido a que esta es lenta, pero si un día desaparecieran todos los datos almacenados, al no tener una sustancia física, desaparecerían para siempre.
Eventos accidentales, como la pérdida de un Smartphone; o potenciales, como un pulso electromagnético provocado por un arma o una llamarada solar, podrían adelantar la pérdida de información y solo entonces algunos empezarán a reflexionar sobre la forma en que mantienen la memoria de su entorno inmediato.
Además, existen indicios de que el uso de redes sociales podría ayudar a mantener el recuerdo de eventos, pero esos eventos, son más bien “eventos de selfis”. En muchos casos, eventos que nunca se dieron, como la foto del paseo que no se realizó o del fugaz momento de interacción social con alguna celebridad que nunca más nos va a recordar.
¿Qué hay detrás del fenómeno de las selfis y de los recuerdos? La nueva percepción de que la apariencia lo es todo. No en un sentido de “pretender ser lo que no se es”, sino en algo que cada vez se acerca más al “ser en las redes sociales lo que no se es en la vida real”, o como explica Douglas Coupland,
“Creo que muy luego nos vamos a fusionar con nuestros selfies. De a poco nuestras selfies se irán convirtiendo en nuestra propia cara. Eso significa que a nivel personal, a nivel político, lo que estamos diciendo es que la superficie es el contenido”.
Para una sociedad acostumbrada a tener la información virtualmente a la mano, la incapacidad de acceder a esa información puede ser traumática. Para un individuo cuyos recuerdos están construidos con base en lo que se quiere mostrar y no en lo que hay, el tiempo puede hacer que la delgada línea entre una cosa y otra desaparezca y la realidad resulte una invención. Para un individuo que solo cuenta con su memoria, resulta cada vez más difícil mantener toda esa información intacta en su cerebro.
El discurso está articulado desde el punto de vista de un personaje anónimo, de quien solo puede verse una foto casi borrada. Sus divagaciones no se centran en las consecuencias sociales del evento que cambió a la civilización en un futuro distópico, sino en las consecuencias íntimas, en la posibilidad de que todo se pierda en su memoria, cuando le afecte su bit rot particular, ante el cual no hay posibilidad de resistencia.
El corto surgió a partir del poema “Pulso electromagnétco”.
Pulso electromagnético
Todo se borrará
las cenas en instagram
los miles de likes en facebook
el camino a tu casa
en el sistema de posicionamiento global
los comandos para que un dron lance misiles en el punto exacto y asesine sin fórmula de juicio a algún enemigo anónimo
y aunque suene a excusa
se borrarán también
las sinapsis que me hacían pensar en ti
Versión 1
Versión 2
Ficha técnica de segunda versión:
Dirección y guion: Rafael Méndez Meneses.
Montaje, fotografía y sonido: Bryan Arellano.
Producción y arte: Rafael Méndez Meneses y Bryan Arellano.
Catering: Josué Mantuano.
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