Para eso han quedado, esa su estrategia. Pero el problema no es que los referentes de la oposición hayan llegado a ese nivel. El problema es que hay gente que los sigue, que replica sus mentiras, que quiere creer en las mentiras porque necesita algo en qué creer para seguir odiando al Gobierno.
Recientemente dijeron que habían sacado a Alexis Mera de un restaurante, pero cuando la mentira fue aclarada por un asistente, en vez de rectificar o cambiar de estrategia, se pusieron más radicales y dijeron que le habían hecho lo mismo a Viviana Bonilla.
Viviana Bonilla demostró que ni siquiera estaba en la ciudad cuando supuestamente ocurrió el incidente, así que en vez de rectificar o cambiar de estrategia, insistieron en invitar a los demás odiadores a hacer bullying a funcionarios de Gobierno en lugares públicos.
Ante la crítica a esa estrategia de odio, Andrés Páez dijo haber sido víctima de hackers que colgaron el llamado a la violencia en sus cuentas de facebook y twitter.
En Youtube circula un video en que un grupo de opositores supuestamente van a interrumpir al Cónsul Ecuatoriano en Miami, gritando consignas "antidictadura".
También expulsaron al Viceministro de Salud David Acurio de una Asamblea pública a la que asistió para aclarar la desinformación sobre los techos a las tarifas de los servicios de salud privados. En vez de escuchar las aclaraciones, recurrieron al odio.
Para justificar el bullying, @merlinadelgolfo llegó a comparar esa campaña de odio contra funcionarios públicos con los scraches en España (contra responsables de desahucios). Los escraches se popularizaron antes en Argentina contra personas vinculadas a asesinatos, desapariciones y secuestros. Acá han tratado de comparar desapariciones, torturas, asesinatos, desahucios con redistribución de riqueza.
Esa es la agenda política opositora: el boicot social, el odio, la mentira y el bullying en vez de una propuesta alternativa a las políticas que aplica el Gobierno. Calentar el ambiente, justificar a los otros odiadores, buscar sangre. ¿Para qué? ¿Para que los votantes se decidan por otra propuesta? ¿Por frustración de no vencer al Presidente en las urnas ni en las calles?
Proponen que uno no pueda ir a un restaurante (caro) a comer sin interrupciones, que la gente no tenga vida privada y tenga que soportar a odiadores, o mucho peor, que otros tengan que convertirse en odiadores a tiempo completo. ¿Qué harán después? ¿Destruir las obras físicas realizadas por este Gobierno? ¿Incitar a sus hijos a que hagan bullying a los hijos de funcionarios públicos?
Ahora, bastará que alguien señale a cualquier comensal y afirme que es funcionario público para encender una peligrosa mecha que podría terminar en sangre.
No quieren un Ecuador de paz.
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