Losers, go home.
Nótese que ahora anda día y noche con una camiseta verde-correíta. Otro que se sube a la camioneta.
Llegamos en el preciso momento en que empezaba el asunto, y nos tocó sentarnos delante de un par de desconsideradas que se la pasaron conversando. De nada sirvió la severidad con que traté de hacerles notar su falta de respeto al itúrburu y a los presentes, estaba más entretenida su conversación. Creo que hablaban de un auto de la muñeca barbie, pero de verdad.
Por ahí estaba Carlos Eduardo Jaramillo, quien aprovechó un momento de descuido para barajarse sin saludarme. Se dice que desde que comentó un famoso libro que actualmente se receta en casos de frigidez, se niega a estar presente en eventos de este tipo para evitar que lo sigan acusando por semejante atrocidad.
En todo caso, como le había prometido a la mexicana más deseada de este blog conseguirle libros autografiados de autores nacionales, compré los libros del itúrburu a $5 la parejita (no, no creo que vayan a hacer cría) y fui con la Blanqui a conseguir el autógrafo.
Vale destacar que mientras estábamos haciendo cola, a nivel de las escaleras, de repente sentí que me agarraban el trasero, y no, no se trataba de la blanqui (gracias a diso, tampoco se trataba de Eduardo, y ya dael se había barajado). Era una muchacha que inmediatamente disimuló, fingiendo agarrar el pasamanos. Claro, cuando subimos un nivel de la escalera, volví a sentir que me agarraban el trasero: era la misma mujer, pero a esas alturas, fingir era una insensatez.
Mientras le decía a la blanqui “me siento sucio”, le pedí que pusiera a la pervertida en su sitio, pero la blanqui optó por mantener el glamour. La cola avanzó rápido, y nos llegó la hora. Itúrburu dedicó “los patriotas del sur” a mariel, y “el eco de un tambor” al autor de este blog.
El que entienda lo que dice la dedicatoria, se gana un vaso ‘e cola.
Me preguntó por los comentarios que hiciera el Gordo Nieto acerca de mis últimos puemitas, y me dijo: “mejor elijo yo los poemas que se publicarán en tu nuevo libro, yo tengo mejor gusto que vos”
La blanqui se enojó, y me dijo en corto: “amorcito, ese man dijo que usted es bagrero. Fájeselo”.
Tuve que aclararle que se refería a mis puemitas, y como en ese contexto, todo tenía sentido, se quedó tranquila.
Antes de barajarnos, le di mis libro al itúrburu, pero él me lo pidió autografiado. Tomando en cuenta que era una noche especial para ese man, opté por no cobrarle los $50 que cuesta uno de mis libros autografiados. Hice gala de mi talento como escritor (de blogs) para poner una dedicatoria que me perennizara como firmaor de autógrafos.
Ahora sí, los nietos del itúrburu tienen asegurados sus estudios universitarios. Ya sabran qué ofertar en e-bay.
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