Leyendo el blog de Major, recordé que hace un par de semanas, akai-tsuki me envió este mail:
"Hace unas semanas tuve la oportunidad de dialogar sobre política con una reconocida psicóloga argentina que visitó nuestro país. Hablando de impunidad y congresistas, ella me comentó que si bien en su país la justicia es igual de corrupta que acá y por ende no hay una sanción penal a los delincuentes de cuello blanco, sí hay una sanción social. ¿Qué es una sanción social?
Resulta que la sociedad argentina es muy participativa en política. Esto no quiere decir que salgan todos los días a tirar piedras, pues mostrar el inconformismo no es una acción aislada y/o violenta, sino una forma de vida. Así, me comentaba la psicóloga que cuando un diputado llega a un restaurante de Buenos Aires, la gente inicia una sonora silbatina, impide el paso a los meseros, se niega a pagar, hasta que el dueño del local se ve forzado a pedirle al individuo que se vaya, si es que es lo suficientemente sinverguenza para quedarse pese a todo ello.
Cuando pasan por la calle, les gritan en la cara, escupen en el pavimento que están por pisar, sin jamás tocarlos para evitar juicios; cuando van en sus carros, se las arreglan para bajarles las llantas o no darles paso; en difinitiva, a los corruptos, frente a la falta de justicia, se les hace la vida imposible.
Cuando me contaba esto, yo solo pensaba en porqué acá, pese a que los diputados tienen al pueblo ecuatoriano como esclavo, cuando se ve a un político en la calle las personas agachan la cabeza o se ven tentados a tomarse una foto con él.
Es momento de hacer justicia social. Soy una persona que está en contra de la violencia, pero a favor de hacerle saber a esa gente que no voy a dejar que roben, que ganen dinero sin mover un dedo, sin tener consecuencias por ello.Sueño con un país en que los políticos corruptos, que son casi todos, no puedan caminar por las calles de nuestro país sin que les hagamos sentir el peso de sus pecados sobre ellos.
No se trata de ser violentos, sino críticos. La capacidad de un pueblo de criticar a sus mandatarios es la clave de todo.
Así que la próxima vez que vean a un diputado, hágale saber lo enojado que está. No lo agreda físicamente, después de todo esas heridas sanan y son susceptibles de demanda. En lugar de los puñetazos o las patadas que usted y yo sabemos que le quiere propinar, adminístrele un ataque verbal, psicológico, moral bien continuado. Si todos nos ocupamos de esta labor, nos convertiremos en una especie de vocecilla que los volverá locos o los hará pensárselo dos veces antes de ponerse en contra suya.
Siempre recordemos que el mandante somos nosotros. Esos empleados nuestros no pueden aparecerse con aires de grandeza en tv a decirnos que nos están robando y salir impunes."
lo que no sé es si es una cadena de mails o fue inspiración de mi ex colaboradora (buena)
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