sábado, octubre 31, 2009

por jalogüín: capítulo descartado de la guía de supervivencia zombie

Las películas de zombies son como las de ciencia ficción. Te ayudan a saber qué te depara el futuro. Sea mañana o en diez años, ten la certeza de que pasará algún día. Fíjate en los detalles, y aprende qué evitar en estas situaciones; o quienes sí las hayan visto, te usarán de señuelo para escapar.

28 días después.- Los infectados corren como almas que lleva el diablo, andan de un genio peor que el de Chuck Norris, y se reagrupan con precisión milimétrica.

El lío empieza, como suele suceder, por culpa de unos ambientalistas fashion victims, que en su afán de salirse con la suya, ignoran las advertencias de un científico loco. El resultado: un mono rabioso ataca a todos y se arma el relajillo.

Jim, el protagonista, estaba en coma y nunca pudo evacuar la ciudad. Despierta solo en el hospital, entra en una iglesia y lo empiezan a seguir para convertirlo en sushi. Lo salva una pareja, pero Jim se las arregla para quedarse solo con la heroína (poco buena). Encuentran en un edificio a un idiota con su hija, que los salvan de otra horda de zombies, y los llevan a un cuartel militar ocupado por una sarta de orates morbosos, pero antes el papá se aleja del grupo y muere de la forma más estúpida.

En su locura provocada por la abstinencia, los milicos deciden violar a la heroína (poco buena) y a la peladita. Se llevan a Jim para asesinarlo, pero él escapa a la tierra de los comecerebros y regresa convertido en Neo, asesinando soldados a diestra y siniestra. Suelta a un zombie cautivo, y se vuelve a armar el battleroyal.

Sobreviven, escapan a una casa de campo cerca de la costa, y son rescatados por el ejército, mientras los infectados agonizan por falta de alimento y (probablemente) por efecto del virus al que estaban expuestos.

28 Semanas después.- En la secuela de “28 días después”, un hombre abandona heroicamente a su mujer en una casa repleta de zombies para salvarse por un pelito de rana calva. Llega después a una ciudad controlada por el ejército, se reencuentra con sus hijos, y les miente con respecto a la muerte de la doña.

Como buenos adolescentes, se escapan a su vieja casa y hallan a la madre, que ha sido seropositiva. La llevan a la ciudad, donde confronta a su machuchín y hace lo lógico: morderlo y contagiarle la enfermedad. La ciudad se pone en alerta, y llevan a los civiles a un sitio cerrado, al que un infectado logra infiltrarse. Se arma el bochinche con zombies mordiendo y soldados disparando a todo lo que se mueve.

Un militar y una investigadora se llevan a los pelados porque también son seropositivos. Su única salida es encontrarse con el papá de Walt en el estadio.

Resident Evil.- La heroína (buena) se despierta, llucha y desmemoriada, en su casa. Llega un grupo de soldados y se la llevan junto a un voyerista que estaba por allí.

Antes de eso, un virus mortal había sido liberado en una base subterránea, y convirtió en zombies a los empleados. La computadora los asesina y atrapa para evitar que el virus se libere al mundo.

Al llegar a La Colmena, deberán desconectar la computadora mientras los acechan zombies hambrientos, de los lentos pero seguros. La primera en contagiarse es Ana Lucía.

Resident Evil 2: Apocalipsis.- Los zombies se toman la ciudad, y Alice saca a un grupo de sus murallas con la ayuda de una computadora. Sus enemigos, además de los infectados, son los pillos corporativos de la empresa propietaria del virus y un monstro de dos metros y medio.

Resident Evil 3: Extinción.- Los zombies dominan el mundo. Un científico loco los vuelve más fuertes, rápidos, y furiosos; y se hace mutante. Alice, en su versión chorrocientos-punto-cero convence a un grupo de sobrevivientes de viajar a Alaska para solicitar ayuda a Sarah Palin. Esta vez, el virus contagia también a las aves.

REC.- La unidad de bomberos lleva su propia reportera a una casa. La gente empieza a morir y se arma el pánico. Tratan de escapar al darse cuenta de que están en la mansión de los zombies, pero el sitio es bloqueado por los servicios de emergencia, que controlan la situación a una velocidad inverosímil. El virus se propaga de un perrito a la niña más inocente de la película.

Mientras tratan de salvarse, los contagios aumentan sin que las autoridades intenten solucionar el asunto. La consigna es disparar a cualquiera que abandone la casa.

Esperemos que nunca suceda eso en Ecuador, de lo contrario, más les vale tener esta Guía. Si la gripe del marrano se difundió tanto en pocas semanas, un virus desconocido tiene para recorrer el país al menos un par de veces antes de que todas las instancias vinculadas se pongan de acuerdo.

Aún si se aplican todos los procesos, siempre habrá un sabido que quiera hacer lo que le venga en gana. ¿Prohibición de salir de la casa? Claro, pero después de la farra.

Soy leyenda.- Will Smith es un militar y científico loco que intenta salvar a la humanidad de un virus mutante. A esas alturas es el último hombre en la tierra, y en su tiempo libre se dedica a pasear, cazar gacelas, jugar golf en su portaviones, conversar con un perro, y flirtear con maniquís en una tienda de video.

El resto de la población son los infectados, y resultan ser más racionales que el protagonista. Le ponen una trampa, y contagian al perro. En la noche, Will decide vengarse sin ningún plan elaborado ni vías de escape. Lo salva una mujer que habla con Dios, y lo convence de ir a otro sitio porque Dios así lo quiere. En serio. Ella parece pertenecer a alguna de esas sectas que te sacan el billete con el cuento de que tramitan teleconferencias divinas.

Los zombies son rápidos, fuertes, y sedientos de sangre. Más parecen vampiros mutantes. La mujer los atrae y causa la muerte del científico loco, pero sin sacarle el billete por las teoconferencias. Cuando vuelve la normalidad, se dedica a contar la leyenda del mártir, y le hace una estatua. La película nunca dice si le saca el billete a otros incautos, o si le atribuye poderes divinos al científico loco.

Amanecer de los muertos.- ¿Aún piensas que es buena idea parapetarse en un centro comercial? ¿Sales de tu casa con lo que tengas puesto? ¿Crees que la policía se dedicará a servirte y protegerte en esos casos? ¿Compraste una motosierra para destripar zombies?

La heroína (buena) escapa en piyama luego de que la hija mordiera al papito en el cuello, y luego él trata de saltarle encima con intenciones poco románticas. Luego de chocar, se apega a un policía que andaba más interesado en buscar a un familiar. Terminan en el centro comercial junto a una pareja de tortolitos, un héroe improvisado y una sarta de locos que se creen los caciques del lugar.

Llegan de a poco sobrevivientes, comecerebros, y contagiados asintomáticos, que pese al relajillo y a todas las películas del Romero, aún ignoran que están en un Apocalipsis Zombie.

Hay una armería cerca, pero en vez de buscar una manera segura de intercambiar armas por comida, el propietario se dedica a jugar al chat de pizarra acrílica con el policía. Finalmente le envían un perrito con un sánguche de jamón en el morral, pero los zombies atajan la puerta y entran. Como era de esperarse, la dueña va en busca del can, y los demás la siguen en un acto de heroica estupidez.

El rescate cuesta varias víctimas, y finalmente se ven obligados a escapar del sitio, que a esas alturas tiene centenares de infectados acechando. Llegan a un bote, y ya sin provisiones, terminan en una isla lejana… que está plagada de zombies.

Last of the living.- Una ciudad neozelandesa es evacuada casi en su totalidad. Un grupo de completos idiotas sobrevive y se acopla a la situación. Sin armas de fuego, eliminan zombies con lo que tienen a la mano, aunque cometen errores básicos, como correr en vez de ir en bicicleta, hacer ruido, u olvidarse de asegurar el perímetro.

Encuentran una científica loca (y buena), que pide ayuda para ir a un hospital lleno de zombies, obtener una muestra de sangre infectada, e ir a la isla donde otros científicos locos buscan una cura. La idea es estúpida, pero los tipos andaban calenturientos, y la ayudaron con el encomiable objetivo de anotar.

La moraleja de la historia es que aún si eres el más completo cretino, te salvarás con algo de suerte y un DreamTeam que te cuide la espalda.

Flight of the Living Dead: Outbreak on a Plane.- Es como “Serpientes en el avión”, pero con zombies. Un capitán lleva en su último vuelo comercial a una científica loca portadora de un virus mutante. Antes de que el espectador tenga tiempo de pensar en las regulaciones internacionales sobre bioseguridad y salud, un accidente permite que se libere. El guardia le dispara, y el virus comienza a difundirse entre los pasajeros. El hecho de convertir a moros y cristianos en zombies es definido como “efectos secundarios” por el científico loco que causó el desastre.

Zombie Strippers.- En una realidad alterna, donde Bush es reelecto por tercera vez e invade a medio mundo, un militar infectado llega al club de striptease y muerde a Jenna Jameson. Ella aprovecha su superfuerza zombie para hacer malabares que enloquecen a los morbosos presentes. Es la sensación de la noche, así que las demás strippers se dejan contagiar. Lo único que aprenderás de esta película es a bailar en un tubo. Altamente recomendada.

Planet Terror.- Una bailarina de go-go se queda sin pierna luego de que un accidente la dejara a merced de los zombies. El paso lógico en esos casos es sustituir el miembro perdido con una ametralladora. Entre tanto, centenares de infectados empiezan a invadir el mundo, y los militares tratan de echarle tierra al incidente, que obviamente fue causado por ellos, debido a un mal arreglo con Sayid.

Shawn of the dead.- Una de las mejores películas de zombies de la historia. Es de humor, y te enseña lo que nunca debes hacer durante una epidemia. Película imprescindible, pero ausente en los cines locales y en La Bahía.

Además de estas, es elemental que veas las de George Romero, y más claro, cualquier película de zombies. Si las vas a comprar en La Bahía, asegúrate de que sean las que aparecen en portada, de lo contrario, habrás perdido un dólar.

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