Hace varios meses, el
Gobierno de la Revolución Ciudadana presentó la
iniciativa Yasuni-ITT, iniciativa con la que el Estado ecuatoriano se compromete a mantener indefinidamente inexplotados 846 millones de barriles de crudo del campo
ITT en el
Parque Nacional Yasuní, garantizando de esta forma la conservación de su biodiversidad única y el respeto por los pueblos indígenas no contactados que lo habitan, recibiendo a cambio, una compensación internacional equivalente, como mínimo, al 50% de las utilidades que recibiría en el caso de explotar esas reservas. Con esto, se evitará la emisión de 407 millones de toneladas de CO2.
Como la iniciativa es positiva por donde se la mire, nadie hablaba del asunto, hasta el sábado pasado, en que los
ecologistas fashion victims odiadores de correa empezaron a unirse a los grupos de
facebook a favor del
Yasuni. ¿Por qué el
repentino espíritu ambientalista?
El presidente Correa se negó a firmar una carta de intención, según la cual se crea un fideicomiso manejado por el
PNUD, en el que, según la información manejada por el Presidente, sería el PNUD el que calificaría los proyectos en los que se invertiría.
Esta figura es sospechosamente similar al endeudamiento externo ecuatoriano: venían los organismos internacionales a prestarnos billete, pero con la condición de que ellos ponían a la gente que manejaba los fondos. Se gastaban la plata en sueldos, estudios, viajes, paseos, etc., y finalmente, lo que quedaba para el proyecto era casi nada, y de paso, era mal implementado, o simplemente, los proyectos no eran para solucionar problemas prioritarios.
Con ese sistema, muchos vivieron como reyes, y fuimos todos los ecuatorianos quienes tuvimos que pagar por todo eso vía impuestos, y por los ingresos del petróleo, que a pesar de ser nuestro, finalmente iban al pago de la deuda eterna.
De ser el mismo sistema que se pretendía aplicar a través del
PNUD, estaríamos ante una situación sin duda vergonzosa, contraria a lo que hemos
defendido como Revolución Ciudadana, particularmente en el quinto eje: Rescate de la dignidad, soberanía y búsqueda de la integración latinoamericana.
El principal impulsor de esta iniciativa, el compañero Fander Falconí,
renunció a su cargo en el Gobierno luego de las declaraciones de Correa, aclarando luego que
sigue con el proceso, pero que
existen intereses por evitar que la
inicitavita Yasuní-ITT se concrete. Situación que ha sido aceptada y
respetada por el gobierno.
también renunció
Roque Sevilla, gerente del proyecto, afirmando que es mentira lo que dijo el presidente.
El Gobierno
continuará con la
iniciativa, pero sin claudicar en la soberanía, al menos hasta julio. Correa dijo hace poco que
“jamás me voy a prestar a esos juegos, la historia dirá quién tuvo la razón cuando se calmen los ánimos, con serenidad se verá quien actuó en función de patria y quien actuó en función de fundamentalismos, dogmatismos e infantilismos”. Dijo también que en Ecuador no van a mandar ni potencias extranjeras, ni transnacionales, pero tampoco van a mandar burocracias internacionales ni fundaciones internacionales
“que quieren imponer a un pueblo pobre lo que nunca pudieron imponer en sus propios países, que quieren obligar a países como Ecuador a dejar hasta de comer cuando ellos ya tienen los estómagos bastante llenos. Aquí solo vamos a responder a los intereses del pueblo ecuatoriano”.
¿Es el fin de la
iniciativa yasuni-ITT?
Difícil, el proyecto es bueno, y hay países interesados en respaldarlo. A lo mejor, en los próximos días concretan el respaldo con hechos, y se suman otros, situación que permitirá concretar esa nota.
En cuanto a las declaraciones del Presidente, de que empezarían las gestiones para explotar esos recursos si no hay respaldo internacional, va a ser complicado, porque gracias a la nueva constitución, debe haber una consulta previa, e incluso, una consulta popular.
Ese es el problema: si le preguntamos a la gente, la mayoría va a pedir que saquemos el petróleo para tener más obras. Quienes estamos en contra de la explotación irreflexiva de los recursos que se encuentran en esa zona protegida, difícilmente podremos convencer a esa gente de la importancia de dejar las cosas así. La única salvación en ese caso sería un mayor interés por parte de la comunidad internacional, y que se caigan con el billete antes de que se inicie cualquier tipo de consulta.
Pero antes de analizar ese escenario, hay que ver algo mucho más importante: ¿es verdad que los países que ofrecieron financiar la iniciativa pretenden que los proyectos el fideicomiso sean financiados en base al criterio de organismos externos? De ser así, es imprescindible cambiar las reglas del juego para recuperar la soberanía.
Si es verdad lo que dice Roque Sevilla, y es el Gobierno Ecuatoriano el que decidirá el destino de los recursos, quienes le pasaron la información equivocada al presidente deben ser despedidos e investigados. Hasta el día de hoy, el presidente se ha ratificado en lo dicho,
publicando una carta al respecto.
Lo bueno de todo esto es que al fin los
fashion victims odiadores de correa se pondrán a investigar más sobre la
iniciativa yasuni-ITT.
Aunque pensándolo bien, lo más probable es que se hayan anotado en los
grupos de defensa del
yasuní para dedicarse a insultar irreflexivamente, porque eso es lo "in"