FUNDACIÓN ECOLÓGICA ANDRADE
Naranjal es un paraíso turístico. Uno de sus principales atractivos radica en la biodiversidad y endemismo de la zona de Churute, particularmente, el Cerro Masvale, que está ubicado frente a la gasolinera de Churute y pertenece a la Fundación Ecológica Andrade. Este lugar .es el punto de partida de la Ruta del Cacao, el proyecto turístico que pretende recobrar y promover los recursos naturales de nuestro cantón.
UN PASEO POR EL CERRO
El Lcdo. Orlando Carrión es el guía; este naranjaleño reconoce infinidad de aves sólo por el canto y ha luchado por la conservación de nuestro ambiente desde hace años. Nos internamos en el cerro y desde el principio empezamos a escuchar al mosquero pico de canoa, la lora alibronceada, la perlita tropical, el bataró pizarrozo occidental, perdices, saltamontes y monos aulladores, en un principio esquivos, pero que nos mostraban luego su colorido.
El cerro Masvale es un gran observatorio de aves; ha sido visitado por investigadores extranjeros para elaborar libros acerca de la pluralidad de nuestras especies. Hay 269 especies registradas, de las cuales, seis están en peligro y doce están en estado vulnerable.
Hay aproximadamente 45 especies de mamíferos, entre ellos tres vulnerables y cuatro con datos insuficientes. Hay osos hormigueros, cuzumbos, ardillas de guayaquil, armadillos, venados, serpientes cabeza de candado, boas, cuchuchos,... En nuestro recorrido pudimos divisar a los monos, y al gavilán dorsigris, pero gran parte de la fauna solo es visible durante la noche.
Sacamos sangre de drago de uno de los tantos árboles del cerro. También hay caña agria, que sirve como diurético y otras especies con diversas propiedades. En Masvale hay 300 especies vegetales, de las cuales 50 son maderables, entre otras herbáceas, medicinales y epifitas.
A un lado del camino nos encontramos un pepino de árbol y en él un escarabajo aún no identificado. había cerca una flor con consistencia de lana que tampoco había sido catalogada, pero pertenece a la familia de las esterculares. En Ecuador aún se pueden catalogar especies ya que no se hace mucha investigación y no han sido clasificadas, así que podemos darnos el gusto de ponerles nuestro nombre a alguna especie que no aparece en los catálogos internacionales.
Después de perseguir infructuosamente a un escarabajo de color amarillo fosforescente que medía unos cinco centímetros, apareció un colibrí de alas azules, ubicándose delante nuestro, a pocos centímetros. Su mirada denotaba la curiosidad con que observaba al extranjero que invadía sus dominios.
Desgraciadamente no hubo tiempo para tomar la foto, ya que al primer movimiento, desapareció. Carrión nos explica que no es normal que aparezcan tantas aves, que hay que tener vibraciones positivas para atraerlas, especialmente a esa hora de la mañana, (lo tomamos como un cumplido)
También se puede acampar allí. Hay una infraestructura aceptable y cuenta con canchas deportivas, museo, biblioteca, sala de conferencias y dormitorios.
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