LA CAZA INDISCRIMINADA
Es común encontrar un fin de semana alguna persona vendiendo animales tales como tortugas, armadillos, guantas, y otras especies protegidas. Lo hacen por ganarse unos cuantos dólares, tan necesarios en nuestra economía, pero lo que estas personas no saben es que esos animales son patrimonio nacional y no deben ser comercializados, ya que muchos de ellos están en peligro de extinción.
Días atrás observamos a un individuo que ofrecía una tortuga hembra; las tortugas hembras son menos numerosas y más vulnerables que los machos y al matar a una, se está matando a las crías que podría tener. Lo más triste, además del trato cruel que se le daba (de tantos golpes y laceraciones, tenía una hemorragia interna), es que la vendió finalmente en 6 dólares, cantidad que tendrían si, en vez de poner en peligro nuestro ecosistema, se dedicaran a trabajar como hombres, ganándose el pan con el sudor de su frente.
¿CÓMO RESOLVER ESTE PROBLEMA?
Por ahora es mucho pedir que no se cace a estos animales, pues desgraciadamente, el nivel cultural de nuestro pueblo no da para eso, así que es necesaria una campaña de concienciación para hacer entender a la población acerca de la importancia de conservar nuestras especies endémicas.
Mientras tanto, sí sería importante que, al menos, respeten las temporadas de veda y dejen de capturar hembras (a las tortugas hembras se las reconoce por que tienen el peto plano, los machos tienen el peto cóncavo).
La ciudadanía podría colaborar denunciando estos hechos y negándose a comprar animales en peligro.
La policía Nacional, reconociendo que Naranjal es un cantón con gran biodiversidad, debe establecer un departamento que se encargue de proteger el medio ambiente, en ese sentido, la fundación Econar tiene como proyecto realizar las gestiones para coordinar la presencia de policías ambientales.
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